[post_page_title]El momento del postre[/post_page_title]
La lista no terminaba ahí. Después de toda esa deliciosa comida, la novia quería algo dulce. Entonces, la ahijada de la novia, que se estaba comunicando con Onequa por mensaje, le dijo que querían fruta fresca y 200 magdalenas (de todos los sabores distintivos de la chef).
La cocinera estaba más que contenta de hacer todo eso. Esta era, definitivamente, una oportunidad en la que podría lucirse y hacer que su emprendimiento fuera conocido por otras 200 personas si todo salía bien. Pero, de repente, la conversación empezó a ir para otro lado…