[post_page_title]Un golpe bajo[/post_page_title]
Hasta ese punto, Onequa le había dado a la mujer el beneficio de la duda, pero su siguiente mensaje confirmó lo que ella ya pensaba. Nuevamente la ahijada cuestionó el precio por el servicio, esta vez de muy mala manera.
La clienta decía: “Sí, pero, ¿por qué tanto? Sos una cocinera de ‘Instagram’, no es como si tuvieras tu propio restaurant legítimo”. ¡Qué argumento tan extraño! Además, unos minutos atrás, la novia parecía no tener ningún inconveniente con pedir comida de una “cocinera de ‘Instagram’”.