[post_page_title]¿La fina línea?[/post_page_title]
Ahora bien, hay una fina línea entre ser ignorante y ser sinvergüenza. El primero puede ser irracional en su pedido simplemente porque no sabe cuánto salen las cosas. Por otro lado, el segundo pretenderá ser el primero para sacar provecho de la situación y poner las balanza a su favor.
Onequa compartió su experiencia en ‘Twitter’. Muchas personas le respondieron. Se decidió que en este caso la clienta era una sinvergüenza, que sí sabía lo que costaba preparar ese menú.