[post_page_title]Multa número 3: afuera del juzgado[/post_page_title]
Más tarde ese mismo día, la señora Cantin se dirigió nuevamente al juzgado para tratar de resolver el problema de las infracciones. Nuevamente, al salir del lugar, descubrió al mismo oficial de policía colocándole otra ticket más en su auto.

La mujer estaba verdaderamente desesperada. No podía creer la secuencia de eventos desafortunados que le estaba tocando vivir. Además, no es que tuviera dinero de sobra como para costear todos estos imprevistos. Amanda estaba al borde de las lágrimas, pero sabía que debía seguir adelante (sobre todo, por sus hijos).