[post_page_title]Dejando la escena[/post_page_title]
En este punto, Santos no tenía nada más que decir. La expresión de su rostro era pura vergüenza y decepción. No solo porque lo habían atrapado con las manos en la masa como un tramposo, sino porque había sido expuesto frente a sus supuestos amigos.

Además de todo eso, el discurso había sido grabado, lo que significaba seguramente que el mundo entero iba a ver lo mentiroso que era ¡no fue un buen día para Santos, ni un poco!